domingo, 29 de noviembre de 2009

ESQUEMA DEL AÑO LITURGICO



Esquema del Año Litúrgico

Inicio del Año Litúrgico Adviento 4 domingos

25 diciembre – 6 enero Navidad 2 domingos

Domingo siguiente al 6 enero Epifanía 1 domingo

Lunes siguiente Tiempo Ordinario 5 a 9 semanas

Miércoles de Ceniza Cuaresma 40 días

Jueves Santo a Sábado Santo Vigilia Pascual 3 días

Centro del Año Litúrgico PASCUA 50 días
a Domingo de Resurrección

Siguiente domingo Pentecostés 1 semana

Siguiente domingo Tiempo Ordinario 21 a 25 semanas

Último Domingo Ordinario Cristo Rey Término del Año Litúrgico

AÑO LITURGICO





Llamamos así al ciclo completo de celebraciones que comienza a fines de noviembre de un año y termina hacia fines de noviembre del siguiente.
La Liturgia es el culto ofrecido a Dios, por medio de Cristo y su Iglesia. La celebración del misterio cristiano, se realiza a través del tiempo, cada año se conmemoran los principales acontecimientos de la intervención de Dios y su salvación en la historia del hombre.
Dios ha entrado en la historia humana para realizar un plan de salvación que culmina en la Muerte y Resurrección de Cristo; Dios --Jesucristo-- ha entrado en el tiempo del hombre y lo ha santificado. El hombre, por tanto, celebra cada año, los acontecimientos de la salvación que trajo Jesucristo.

El Año Litúrgico es la celebración - actualización del misterio de Cristo en el Tiempo; es decir, la celebración y actualización de las etapas más importantes del desarrollo del plan de salvación de Dios para el hombre. Es un camino de fe que nos mete progresivamente en el misterio de la salvación; que los cristianos recorremos para realizar en nosotros este plan divino de amor que apunta a que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad (1 Tm 2,4). Quien ha estudiado la historia de salvación, comprenderá la importancia del Año Litúrgico en su caminar hacia el Padre.

El eje sobre el cual se mueve el Año Litúrgico es la Pascua. Por lo tanto la principal finalidad consiste en acompañar gradualmente al hombre hacia una conformación auténtica de Cristo, muerto y resucitado.

El Año Litúrgico no puede ser un calendario de fechas que se recuerdan con cierta solemnidad, sino un camino de fe; camino que se ha de recorren como en "espiral", creciendo en la fe cada año, con cada acontecimiento celebrado; creciendo en el amor a Dios y a los hermanos; creciendo en seguir y parecerse cada vez más a Cristo hasta llegar a configurarse con Él, -el hombre perfecto-.

Tiempos fuertes:

Este itinerario de fe, que acompaña en forma progresiva al cristiano hacia la vivencia auténtica de Cristo, tiene varias etapas:
Una preparación en el Adviento, como tiempo de despertar en la fe en vista del encuentro con el Señor.
Una aceptación de Jesús Salvador en la Navidad y mayor conocimiento de Él, mediante el estudio y la meditación.
Una purificación personal durante la Cuaresma para llegar a la vivencia pascual de Cristo Muerto y Resucitado.
El vértice de todo es la Pascua, con el gran triduo de la Vigilia Pascual, que mete al hombre en el misterio principal de nuestra Redención: la Resurrección de Jesús.

La celebración de la Pascua dura cincuenta días, precedida por cuarenta días de preparación, -cuaresma- terminando con la efusión del Espíritu Santo en la fiesta de Pentecostés.

Estos son los llamados "tiempos fuertes" del Año Litúrgico. Además hay otras treinta y cuatro semanas que constituyen el llamado Tiempo Ordinario o Común. En este tiempo no se celebra ningún aspecto concreto del misterio de Cristo, sino que se procura profundizar el sentido del conjunto de la Historia de Salvación, sobre todo a través de una contemplación continua y fundamentalmente cronológica del mensaje bíblico vivido en su desarrollo progresivo.